La jornada laboral empieza la noche anterior.

Cuando se analiza el “secreto” del éxito de muchos grandes realizadores, una de las cosas que llama poderosamente la atención es que generalmente su jornada laboral comienza siempre la noche anterior.

Permíteme que me explique. Una de las grandes claves de sus resultados es que toman el tiempo antes de acostarse de planificar con detalle sus objetivos y tareas para el día siguiente. De este modo logran dos cosas muy importantes.

La primera es que ponen a su mente a trabajar en al dirección de aquello que pretenden conseguir. Nuestra mente no descansa jamás. Si le dices claramente cuales son tus intenciones estará trabajando sin que tu ni siquiera seas consciente en esa dirección incluso mientras duermes. En algunos momentos te sorprenderá haciéndote ver soluciones, te permitirá ver mejores caminos u opciones, etc...

La segunda es que comienzan el día sin divagaciones, con un sentido de acción y dirección claro. No hay perdidas de tiempo ni vacilaciones. Y es así como se consiguen los grandes resultados y se optimiza el uso del tiempo.

Y todo lo que requiere este proceso son simplemente unos minutos de tu tiempo cada noche antes de acostarte.

Implanta este sencillo hábito en tu vida, y empieza a juzgar por los resultados que comenzarás a cosechar. Te sorprenderán.

© 2009 JOSE MARIA VICEDO
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La importancia de clarificar.

Cuando se trazan objetivos, quizás lo más importante como punto de partida es definir con la máxima claridad posible esos objetivos. Los objetivos se vuelven más poderosos cuando se establecen de la forma más concreta posible.

Muchas personas comenten el error de establecer de manera imprecisa y vaga sus objetivos. Y es muy difícil llegar a un destino que no se conoce concretamente.

Imagina por un instante a un grupo de amigos que van en un coche y están decidiendo adonde irán a cenar. Mientras llegan a una decisión, el coche no avanzará con rapidez, ya que todavía no saben en que dirección encaminarse. Pero una vez la decisión esté tomada y sepan claramente el lugar elegido, el conductor rápidamente podrá encontrar mentalmente el camino hacia ese punto y el coche empezará a tomar velocidad.

Con los objetivos sucede lo mismo. Si no se sabe con exactitud hacia donde dirigir los esfuerzos es muy difícil que el avance tome forma y velocidad.

Una de las mejores inversiones que pueden hacerse es tomar el tiempo necesario para clarificar al máximo nuestra lista de objetivos. Existe un poder inmenso en ese proceso de clarificación. Los objetivos bien definidos, motivan de una manera extraordinaria. Nos permiten crear visualizaciones vívidas e intensas de las sensaciones que tendremos una vez los hayamos logrado.Nos mueven e impulsan a la acción.

Además nuestra mente necesita objetivos concretos que perseguir. Cuanto más precisas y claras sean las instrucciones que le facilites, más poderosa se vuelve a la hora de encontrar caminos que te lleven hasta allí.

Ante la falta de resultados, una de las primeras preguntas que tenemos que formularnos es la siguiente: ¿Tengo mis objetivos claramente definidos? Y si la respuesta no es afirmativa, ahí ya hay un primer punto de ación inmediato sobre el que tomar acción.

Recuerda: La claridad siempre es poder.

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5 cosas rápidas que puedes hacer para cambiar tu estado emocional.

Veamos a continuación algunas claves que pueden ayudarnos a cambiar nuestro estado emocional de manera rápida y efectiva. Todos enfrentamos de algún modo situaciones que nos sitúan en estados emocionales negativos o carentes de recursos, y una buena habilidad a dominar es la capacidad para transformar nuestros estados emocionales del negativo al positivo. Te muestro a continuación cinco formas sencillas y poderosas de hacerlo:

1.-Cambia tu fisiología. Cuando empieces a sentirte mal haz un cambio radical en tu fisiología. Levántate, da unas palmadas, sal a caminar un rato, ... Muchas personas en base a la repetición han “instalado” estados negativos asociados a un determinado uso de la fisiología. Generalmente una persona abatida o deprimida, mirará hacia abajo, tendrá los hombros caídos, respirará pobremente,... Y una persona en un estado de optimismo o euforia utilizará su fisiología de un modo bien diferente. Conviértete en un detective que investiga las claves fisiológicas que suponen para ti estar situado en un estado de máximo rendimiento, y empieza a aplicar las distinciones que hagas a tu propia vida.

2.-Cuida tu lenguaje. Etiquetamos nuestras experiencias con nuestro lenguaje. Y esas etiquetas que establecemos nos afectan emocionalmente. No es lo mismo etiquetar una situación que enfrentamos como una “circunstancia”, un “problema” o una “crisis”. Dependiendo de la etiqueta que elijas te afectará más o menos emocionalmente. Toma conciencia de ello y elige cuidadosamente tu vocabulario.

3.-Llama a alguien positivo. Todos tenemos a nuestro alrededor o conocemos a personas entusiastas. Personas que irremediablemente cuando hablas con ellas te contagian su entusiasmo y pasión por la vida. Llama a una de esas personas. Charla con ella. Empápate de su actitud. Esa simple charla hará maravillas para cambiar tu estado emocional.

4.-Hazte una pregunta positiva. La mente humana funciona sencillamente haciéndose preguntas y respondiéndolas. Si tu te preguntas: ¿Porqué todo me sale mal? No te preocupes que tu mente se encargará de darte una buena serie de respuestas del tipo de “porque eres un descuidado, un inútil, un torpe...”, que lo único que van a hacer es situarte emocionalmente por los suelos. Sin embargo la solución a eso es tan sencilla como hacerte una nueva pregunta que sea mucho más positiva y efectiva. Si te preguntas por ejemplo: “¿Cómo puedo darle la vuelta a este reto y además disfrutar mientras lo hago?” Verás como tu mente empieza a buscar y encontrará respuestas para que comiences a enfocar en la dirección adecuada.

5.-Toma conciencia de todos los dones que posees. Cuando empieces a sentirte mal por algo, detente un momento y reflexiona por unos instantes por lo afortunado que eres y por todos los dones que posees. Muchas personas tienen miles de cosas buenas en sus vidas, y se pasan todo el día dándole vueltas a las dos o tres cosas que no funcionan. Enfocan en que les sobran cinco kilos, en que han fallado en algún proyecto,... Y se olvidan de las miles de cosas por las que tendrían que estar agradecidas y alegres. No caigas en ese error. Haz una buena lista de todas tus bendiciones, y léela con frecuencia para situarte en el lado positivo de la balanza.

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Cuando las cosas se ponen en perspectiva.

La palabra de moda estos días es “crisis”. Es raro no escuchar cada día varias decenas de veces esta palabra en conversaciones, noticias,... Hay personas que parece que estén programadas para soltar su discurso sobre la crisis a la primera oportunidad que se les presenta. Invitaría a estas personas a reflexionar un poco sobre la situación que vivimos comparándola con la situación que viven cientos de millones de personas en nuestro mismo planeta:

¿A ti te ha subido el recibo de la hipoteca?
Hay mil quinientos millones de personas en el mundo que viven por debajo del umbral de la pobreza y que no cuentan con ningún tipo de asistencia sanitaria.

¿Has tenido que ajustar tus gastos y limitar algo tu estilo de vida?
Más de doscientos millones de niños sufren de desnutrición en el mundo.

¿Cuál es la verdadera crisis?
¿Crees que realmente estas en una situación de crisis?
Si estas leyendo estas líneas eres un auténtico privilegiado.

Por favor, la próxima vez que empieces a pensar en negativo y aparezca en tu mente la palabra “crisis” date cuenta de lo privilegiado que eres, cambia tu actitud, y empieza a hacer todo lo que esté en tu mano para cambiar tu situación. Y lo que es más importante, pongamos todos nuestro granito de arena para hacer de este mundo un mejor lugar en el que vivir.

Son momentos de tomar acción, dejar de quejarse, y hacer que las cosas sucedan.

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¿Qué hacer cuando la motivación desaparece?


Todo el mundo ha vivido en más de una ocasión la experiencia de iniciar un nuevo proyecto u objetivo, disfrutando en esos instantes de una cantidad increíble de entusiasmo y motivación. Pero en muchas ocasiones vemos como ese entusiasmo y motivación iniciales tienden a desaparecer al poco tiempo de iniciar nuestro avance. Una vez se han de enfrentar los primeros obstáculos, o simplemente desaparece ese halo de novedad que tiene el proyecto, tendemos a perder la motivación para llevar adelante la tarea.

Es interesante reflexionar un poco para comprender porque sucede esto, y lo que es más importante, para establecer de que modo podemos detener y transformar esas emociones.
Podríamos decir por hacer una analogía que el patrón normal de las emociones humanas está basado en “valles y montañas”. El comienzo de todo proyecto conlleva generalmente una gran cantidad de entusiasmo y energía asociados. En esos momentos nos sentimos capaces de lograr cualquier cosa. Estamos repletos de optimismo porque generalmente solo enfocamos en los grandes resultados que conseguiremos una vez el proyecto esté completado. Como todavía no hemos iniciado la marcha, no vemos ni siquiera los obstáculos que deberemos enfrentar a lo largo del camino. Todo lo que vemos es el premio que vamos a conseguir. Y obviamente desde esa perspectiva es bien sencillo estar altamente motivado.

Pero una vez llega el momento de tomar acción, es cuando generalmente nos enfrentamos a la realidad que conllevará construir paso a paso ese objetivo. Es en ese instante cuando empezamos a tomar conciencia de que tendremos que trabajar duro y con constancia para llegar a nuestro destino. Empezamos a enfocar en toda la multitud de tareas, muchas de ellas pesadas o desagradables, que tendremos que completar para que nuestro proyecto se convierta en una realidad.

Y ese enfoque, obviamente empieza a pasar factura en nuestros niveles de motivación. Esta es la razón por la cual muchas personas afirman que después de esa fase de gran entusiasmo inicial, caen en una fase de cansancio, falta de confianza e incluso en ocasiones en estados de depresión.

¿Cómo podemos minimizar los efectos de esos ciclos que nos dejan carentes de motivación?
Quizás el punto más importante sea entender que las emociones humanas pueden transformarse de manera relativamente sencilla una vez que simplemente entendemos sus causas y podemos reflexionar sobre ellas. De este modo, la próxima vez que comiences a detectar que tu motivación por algún proyecto u objetivo se está evaporando, detente un instante y reflexiona acerca de cuales son los motivos que causan esa disminución de la motivación.
El simple hecho de dar ese “paso atrás” y pensar en las causas ya empieza a generar una dinámica positiva capaz de revertir todo el proceso. Si empiezas a comprender que en todo proyecto van a existir siempre esos instantes de “valles” en los que la motivación baja, y que eso es algo normal y parte del proceso, generarás la confianza necesaria para seguir avanzando y no abandonar.

Cuando entendemos esta dinámica de funcionamiento basada en “valles” y “montañas” estaremos preparados para aceptar como normales cada una de las fases conforme van apareciendo a lo largo del camino.

Otro aspecto muy importante de esos instantes en los que empieza a desvanecerse nuestra motivación es que nos van a servir para darnos cuenta de si realmente estamos persiguiendo un objetivo que realmente está en sintonía con aquello que queremos lograr en nuestra vida. En algunas ocasiones descubriremos que hemos perdido esa motivación porque no era algo que realmente estaba en sintonía con los objetivos que deseamos para nuestra vida, habíamos iniciado ese proyecto para contentar a otros, por inercia, etc…

Así pues, como ves, comprendiendo esta dinámica de nuestra naturaleza humana conseguiremos que incluso esos momentos de falta de motivación nos aporten algo positivo. Lidiar con altos y bajos emocionales es algo común a todas las personas. Lo importante es comprender que esas emociones no son algo que escapa de nuestro control, sino todo lo contrario. Si analizamos la esencia de esos instantes nos daremos cuenta de que generalmente hay una serie de causas y efectos que están actuando. Y con esas distinciones podemos comenzar a utilizar nuestras emociones de una manera positiva.

Acepta que es normal una bajada de motivación en algunos momentos y no te sientas mal por ello. Simplemente permanece preparado para cuando llegue el momento. Tómalo como lo que es: una parte natural en todo proceso de avance hacia un objetivo. Pero si mantienes un enfoque claro en el resultado y realmente tu objetivo está en sintonía con tus valores personales, pronto descubrirás que detrás de todo valle viene una nueva cima.

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Un aspecto positivo de las situaciones de “crisis”.

Napoleon Hill dedicó más de 25 años a condensar los principios del éxito personal en una serie de obras que terminaron convirtiéndose en puntos de referencia cuando se toca cualquier tema relacionado con la superación personal y el logro de grandes resultados. Uno de sus principios más importantes que destiló a través de su aguda observación de muchísimos grandes realizadores fue el siguiente:

“Todo obstáculo o problema lleva intrínseco en si mismo un beneficio equivalente o mayor”.

Realmente es una afirmación extraordinaria y que supone si se reflexiona sobre ella la base de toda la filosofía de pensamiento positivo y proactivo.
Si nos enfocamos en buscar con la mentalidad adecuada, siempre encontraremos en toda situación un beneficio latente.

La situación que vivimos en el mundo en estos momentos, hacen más actuales que nunca las palabras de Napoleon Hill. Y para mi uno de los grandes resultados positivos de estas situaciones de “crisis” es que consiguen que las personas comiencen a centrarse de nuevo en las cosas verdaderamente importantes de la vida.

En estas situaciones, suelen estrecharse los lazos familiares. Las personas buscan y ofrecen apoyo en su entorno más cercano. Vuelven a valorarse los pequeños detalles y cosas que antes o bien se daban por hechas o se pasaban de largo,… En definitiva, esta clase de situaciones contienen la “semilla” si sabemos apreciarla de un beneficio personal infinitamente mayor.

Aprovecha estos momentos para volver a conectar con lo importante. Para realizar los cambios o ajustes que te permitan ser más efectivo en el futuro. Para empezar a disfrutar más intensamente de las cosas que al final realmente importan de la vida: tu familia, tus relaciones, tus amigos, tu crecimiento personal, la contribución a los demás…

Recuerda, cuando se sabe buscar, todo obstáculo o problema lleva intrínseco en si mismo un beneficio equivalente o mayor.

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Controlando el avance para garantizar el éxito.

Si queremos que algo se convierta en un hábito en nuestra vida, o simplemente si queremos asegurarnos que estamos avanzando con constancia hacia nuestros objetivos, no existe ningún modo mejor de hacerlo que a través de una tabla de control.

El tener la obligación o el recordatorio de manera periódica de establecer si hemos cumplido nuestro compromiso o no, nos ayudará muchísimo a mantener el rumbo y la constancia.Te recomiendo utilizar este simple método para verificar que estás cumpliendo con tu plan de acción hacia cualquier tipo de objetivo.

Imaginemos que te has propuesto seguir un plan de ejercicio y hacer de ello un hábito en tu vida. Te ayudará mucho a lograrlo el simple hecho de tener una pequeña tabla de control en la que cada día marques si has cumplido con tu objetivo. Pronto ese simple hecho de ver cada casilla rellenada con la fecha del día correspondiente se convertirán en un factor motivante que te impulsará a cumplir ese objetivo cada día.

En el siguiente enlace podrás
descargarte la plantilla que yo utilizo cuando quiero controlar el avance hacia algún objetivo o implantar algún nuevo hábito. Yo le llamo la plantilla de los “100 días ”, y simplemente consiste en una tabla en la que puedo ir marcando los 100 primeros días cumpliendo ese compromiso. Lo marco simplemente poniendo la fecha del día en la casilla correspondiente.

Puedes descargarte la plantilla pinchando
AQUÍ.

Descarga la plantilla, imprímela y comienza a utilizarla con alguno de tus objetivos. Verás como algo tan simple te ayuda en el avance hacia el logro de ese objetivo.

Obviamente, en algunas ocasiones no será necesario controlar tu avance durante 100 días, sino que será una cantidad menor de días. Marca tu mismo el compromiso que corresponda y rellena la tabla hasta la casilla que te hayas comprometido.

Recuerda, es la acción y solo la acción la que conduce a hacer realidad tus mayores objetivos.

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La gran diferencia de enfoque mental entre los grandes realizadores y el resto.

Al final siempre la gran diferencia entre cualquier gran realizador y la persona promedio es el enfoque mental que cada uno de ellos tiene ante las distintas situaciones que la vida les presenta.

Ahora más que nunca, esta diferencia se deja notar en la manera en que se enfrentan los tiempos turbulentos a nivel económico que nos toca vivir.

La
persona promedio tiende a que las soluciones le lleguen del exterior. Básicamente la pregunta que rige su patrón de pensamiento es:

-¿Qué pueden hacer por mi? ¿Cómo pueden ayudarme?

Y esta pregunta va dirigida o bien al gobierno, a su empresa, a su entorno,…

Los
grandes realizadores tienen un patrón de pensamiento muy diferente. La pregunta que se formulan constantemente es:

-¿Qué puedo hacer yo para transformar esta situación positivamente?

Se ven a si mismos como la causa del cambio. Creen en su capacidad para tomar acción. Aceptan la responsabilidad por su destino. En definitiva, están dispuestos a poner en juego todo lo que sea necesario para mejorar la situación y hacer que las cosas sucedan en su vida.

Esa es la filosofía que produce resultados. Por supuesto que hay miles de cosas que no dependen de nosotros mismos. Por supuesto que está bien contar en determinados momentos con ayuda del exterior.
Pero lo fundamental es mantener ese enfoque mental poderoso que te sitúa a ti mismo como el máximo responsable y artífice de tu propio futuro.

Como ves, un simple cambio en el enfoque de una pregunta puede suponer un cambio sustancial en la calidad de tu enfoque mental. Y al final
la clase de enfoque mental que mantenemos es el que marca toda la diferencia.

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Ser un dispensador de entusiasmo.

“Soy un dispensador de entusiasmo.”
-Ben Zander (Director de orquesta)

Sin lugar a dudas, cualquier persona que tenga a otras personas a su cargo tiene una misión fundamental hoy en día: ser un dispensador de entusiasmo. Es en momentos como los actuales cuando el entusiasmo se convierte en uno de los activos más importantes a la hora de generar resultados.

Necesitamos ahora más que nunca personas con una actitud entusiasta. En las familias, en las escuelas, en los negocios…

Permíteme formularte unas preguntas: 

¿Te considera un “dispensador” de entusiasmo?
La gente que entra en contacto contigo, ¿Se siente mejor después de esa conversación?

El entusiasmo es la gasolina del espíritu humano. Cuanto falta el entusiasmo, el más mínimo de los obstáculos se hace insuperable, mientras con entusiasmo el mayor de los obstáculos se convierte en vulnerable.

Mira a tu alrededor. Si no estás rodeado de gente entusiasta, ¡sal a buscar alguno! 
¡Contágiate de entusiasmo! 
Haz una prioridad en tu vida el hecho de estar entusiasmado todos y cada uno de los días. 
Y después, conviértete en un “dispensador” de entusiasmo a tu alrededor.

Te darás cuenta de que el entusiasmo cuanto más se comparte más crece. Cuanto más se alimenta, más fuerte se hace. Cuanto más se aplica más gratificante se vuelve la vida.

¡Seamos dispensadores de entusiasmo!

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El "fracaso" como parte del éxito.

“Un fracasado es un hombre que ha cometido un error, pero que no es capaz de convertirlo en experiencia.”
-Elbert Hubbard

Nunca me canso de repetir que el fracaso realmente no existe, sino simplemente existen resultados que no son los adecuados o los esperados. 
De igual modo tampoco creo que existan personas “fracasadas”, sino que creo que lo único que existe son personas “rendidas”.

Mientras una persona siga intentándolo no habrá fracasado.  

Mientras no se rinda no habrá fracasado.  

Podrá obtener malos resultados, errores, tropiezos,… Pero mientras sea capaz de extraer lecciones que le hagan ser más efectivo en el futuro, en cierto modo esos “fracasos” serán parte de su éxito.

Toda historia de éxito, siempre tiene en la trastienda una serie de mayores o menores “fracasos”. Y en muchas ocasiones fueron esas experiencias negativas las que supusieron la espoleta y la motivación necesaria para terminar finalmente triunfando.
No permitas que algunos episodios que no han salido como esperabas terminen matando tus sueños.

Aprende las lecciones necesarias, y como bien decía Elbert Hubbard, transforma esos errores en experiencia y en fortaleza para afrontar con mayor preparación todos tus retos futuros. De ese modo habrás convertido tus “fracasos” en partes del puzzle de tu éxito.

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A veces puede ser positivo desconectar el "piloto automático".

Quizás en demasiadas ocasiones vivimos nuestra vida abusando de lo que yo llamo el “piloto automático”. Nos acostumbramos a hacer las cosas de una determinada manera, y esa manera se convierte en una rutina que terminamos repitiendo hasta la saciedad.

De este modo, muchas personas terminan al final de un año sin haber vivido un año realmente, sino un mismo día 365 veces.

A veces la simple “desconexión” por unos instantes de ese piloto automático nos abre horizontes y oportunidades que de otro modo jamás descubriríamos.

Te animo a realizar un pequeño experimento. Posiblemente todos los días vayas a tu lugar de trabajo utilizando la misma ruta. Es lo cómodo. Conoces el camino, posiblemente es la forma más rápida para llegar a tu destino, etc… Pero voy a pedirte que por un día tomes una ruta alternativa. Te garantizo que te sorprenderán todas las cosas nuevas que vas a comenzar a descubrir de tu ciudad. Además permitirás que tu mente vaya ejercitándose de una manera más creativa. Te sentirás más vivo. Y posiblemente ese cambio genere nuevas ideas y te permita ver algunas cosas de manera diferente.

Desde luego con esto no planteo que las rutinas sean algo malo en si. Es más, pienso todo lo contrario, ya que muchas veces tener determinadas rutinas establecidas nos garantiza la máxima efectividad personal. Pero en algunas ocasiones es sano plantearnos si nuestras rutinas no están restando recursos o limitando nuestra capacidad de crecer, cambiar y mejorar.

Atrévete a desconectar de vez en cuando ese “piloto automático” y saborea intensamente todo lo “nuevo” que la vida te puede ofrecer.

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