Las opiniones de los demás…

Son demasiadas las personas que toman en demasiada consideración las opiniones de los demás. Pero cuando esas opiniones y comentarios lo que hacen es hacernos daño emocionalmente, estamos permitiendo que destruyan nuestro recurso más preciado: un estado emocional equilibrado y de máximo rendimiento.

Es fundamental que tomes el control de tu estado emocional y que NUNCA permitas que nadie determine como te sientes en cada instante de tu vida. Si supeditas tu estado emocional a los estímulos que te llegan de los demás, vivirás tu vida estando continuamente pendiente del “que dirán”.

Se que esto en muchas ocasiones es complicado, ya que muchos de esos comentarios y opiniones vienen de las personas que se encuentran más cercanas a nosotros: familiares, amigos, vecinos, compañeros de trabajo,… Pero si esos comentarios están afectando tu estado emocional de manera negativa, haz algo al respecto. Actúa en consecuencia con lo que tu estimes correcto en tu corazón. Se independiente. No permitas que un comentario te desanime y te hunda. O lo que es peor, que te lleve a una situación en la que ni siquiera persigas tus sueños. ¿Cuántos sueños que realmente merecían la pena han quedado en el olvido por un simple “comentario bienintencionado” de alguien cercano?

NUNCA permitas que una simple opinión destruya tus sueños. Las opiniones de los demás son simplemente eso: opiniones. Y tu no has de basar tu vida en opiniones, sino en convicciones que nazcan de lo más profundo de tu corazón. Toma el control y demuestra con tu acción y tus resultados que TU PUEDES.

© 2005 JOSE MARIA VICEDO

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La importancia de vivir plenamente el presente.

Que escasas son las personas que saben disfrutar plenamente de la vida en el momento presente. Por el contrario, una gran mayoría, o bien vive centrado en su pasado, o pasa su tiempo enfocado en que será feliz cuando consiga un determinado resultado en el futuro.
Permanecer enfocado en el pasado es una pérdida absoluta de tiempo. Es imposible cambiar nada de tu pasado. Es como pasar por un pasillo de cemento “fresco” dejando unas huellas, y pretender cambiarlas una vez que el cemento se ha secado. Olvida ya de una vez por todos los problemas y circunstancias de tu pasado y no te empeñes en seguir viviendo allí. Eso solo te restará recursos.
Tampoco cometas el error de los que dicen: Cuando consiga este “resultado” me sentiré realizado”. Esperar a llegar a algún punto para sentirse feliz es otro camino directo a la infelicidad en el presente.
Lo realmente importante es ser capaz de saborear todos y cada uno de los instantes del camino. Repito: TODOS. Tu puedes experimentar ahora mismo, en este preciso instante, la mayor felicidad que hayas sentido jamás en tu vida si simplemente te lo propones. Solo tienes que QUERER hacerlo y tomar conciencia de que cada instante de nuestra vida es ESPECIAL, UNICO e IRREPETIBLE.

¡Disfrútalo en toda su magnitud!

Por supuesto que has de planificar y diseñar un futuro apasionante e inspirador. Pero el objetivo de hacerlo es que te haga sentirte en cada instante agradecido por el momento que estás viviendo ahora y que te está acercando a tus mayores sueños.

¡AHORA es el momento de ser plenamente feliz!

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Cuando todo lo demás parece fallar...

Es normal que en algunas ocasiones en la vida sintamos que nos fallan las fuerzas y que determinados sueños y objetivos comienzan a parecernos imposibles de alcanzar. Son momentos en los que surge algún reto o las cosas no están saliendo como deberían. En esos instantes es muy fácil optar por el camino fácil del abandono ya que aparentemente no queda nada por hacer. Es en ese instante donde el verdadero triunfador hace que aparezca el recurso definitivo para el éxito: la fe. Seguro que ha escuchado infinidad de veces el dicho “La fe mueve montañas”. Tener la sana sensación de que hay algo más grande que nosotros mismos, algo que nos guía en cada instante, produce la paz de espíritu necesaria para emprender grandes proyectos sin caer en los temores. La fe te ayudará a tener certidumbre de que tu sueño merece la pena y puede conseguirse. La fe te aportará el aplomo necesario para enfrentarte a los grandes retos y desafíos esperando el mejor desenlace posible. Una fe inquebrantable es el mejor apoyo y sustento en tu camino hacia el éxito.

Son innumerables las historias de éxito que citan a la fe como los cimientos que permitieron la confianza y la capacidad para desplegar los recursos necesarios para hacer que las cosas sucedan. ¿Necesitó fe Walt Disney para ver en aquel terreno pantanoso y lleno de moscas lo que hoy es Disneyland? ¿Necesitó fe Cristóbal Colón para realizar un viaje que cambiaría el curso de la historia? ¡Por supuesto que si!

Si se estudia con detenimiento la vida de muchos grandes realizadores, se observa un punto en común en la mayoría de sus historias. En algún momento de su vida tuvieron que enfrentarse a retos y obstáculos que parecían más allá de su capacidad. Pero es precisamente en esos momentos cuando se comienza a dar lo mejor que uno tiene dentro de si. Es en esos momentos cuando se marca la gran diferencia entre el mediocre y el triunfador. El triunfador siempre toma la decisión de seguir hacia delante sin importar los obstáculos y las circunstancias. Existe en él esa fe inquebrantable en sus posibilidades, en que algo más grande que él le está ayudando y guiando a lo largo del camino. Es el recurso intangible de la fe en sus sueños y posibilidades.

Comienza a alimentar la fe en ti mismo, en tus posibilidades y en tus sueños. Comienza a crear la sensación de estar “guiado” hacia tu destino. Necesitarás fe para creer en la posibilidad de que tus mayores sueños pueden convertirse en realidad. Puedes estar pensando ¿Cómo voy a ser capaz de ganar un millón de euros al año si hoy no tengo ni para pagar el recibo de la luz? ¿Cómo voy a poder crear un estado físico fuera de serie si apenas puedo subir dos tramos de escalera? ¿Cómo voy a poder crear una relación maravillosa si ya no existe apenas comunicación con mi pareja?... La respuesta es sencilla. Pon todo de tu parte y ten fe. Ten fe en que siempre existe un camino para hacer que las cosas sucedan cuando uno esta realmente comprometido.

Con esa actitud propia de los verdaderos triunfadores serás capaz de encontrar los recursos necesarios para convertir cualquier sueño que tengas en realidad. La fe es siempre el recurso definitivo para alcanzar el verdadero éxito y la realización.

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Lo tengo todo... y no soy feliz.

Siempre he afirmado que la habilidad más importante que hay que dominar para conseguir una sana sensación de realización personal es alcanzar maestría en el modo en que te comunicas contigo mismo. Las emociones que experimentas a lo largo de cada día dependen exclusivamente de ese importante factor: como utilizas el lenguaje, tu enfoque mental y el modo en que empleas tu fisiología. Esto quedo patente de una forma muy gráfica para mi, cuando una persona conocida, en una conversación que mantuvimos me comento: "José María, lo tengo todo para ser feliz, pero me siento un desgraciado". Al principio, me sorprendió enormemente aquel comentario porque efectivamente aquella persona aparentemente lo tenía todo: una situación financiera realmente fantástica, una gran familia, una gran energía y salud,... Realmente bajo los estándares de la gran mayoría de personas disfrutaba de una vida realmente excepcional y maravillosa. Pero tras reflexionar por un instante, me di cuenta de que su problema era exactamente el mismo que ha afectado a muchos otros grandes triunfadores. Son personas que han alcanzado maestría en su capacidad de comunicarse con los demás,y por ello triunfan en sus negocios y carreras, tienen multitud de amistades, etc... Pero fallan estrepitosamente en el proceso de comunicación más importante, el que hacemos constantemente con nostros mismos.
Esa es la razón por la que por ejemplo Elvis Presley ya no está aquí. Sabía comunicarse y llegar hasta tal punto a los demás que todavía hoy sigue siendo idolatrado por millones de personas. Pero llegó un momento en que la comunicación más importante fallo en su vida. No supo como comunicarse consigo mismo de manera efectiva. A mi amigo le sucedía lo mismo. Lo tenía todo, pero no sabía como utilizar su comunicación interior para hacer de todos sus éxitos una fuente de satisfacción interior.
Vigila siempre la forma en que te estás comunicando contigo mismo. Presta especial atención a las cosas que te dices en tu cabeza y al tipo de imágenes que estás creando habitualmente. Y si no potencian tus emociones positivas empieza a cambiarlas por un discurso y unas imágenes más positivas. El objetivo es que tomes conciencia de que lo que te dices y lo que ves en tu cabeza la mayor parte del tiempo condiciona de una forma tremenda tu estado emocional. La buena noticia es que todo eso lo controlas tu.
Toma el control y conviértete en un maestro de la comunicación interior.

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Concebir, creer, alcanzar.



“Lo que tu mente pueda concebir y creer, puede ser alcanzado”.
-Napoleon Hill


La mayor diferencia entre los seres humanos y el resto de la creación es precisamente nuestra capacidad de imaginar algo inexistente, y a través de nuestra creatividad y esfuerzo convertirlo en realidad. Si todos comenzásemos a tomar como cierta esta maravillosa cita de Napoleón Hill, en este mundo se lograrían increíbles resultados.
Hay algo mágico y especial en esa capacidad que todos poseemos de desatar nuestra imaginación, y comenzar a crear en nuestras mentes los resultados que deseamos para nuestras vidas. Es precisamente ese momento de desatar la imaginación cuando se están plantando las semillas de la grandeza.
Vuelve a leer con detenimiento la frase y te darás cuenta de que en primer lugar hay que desatar la imaginación, pero acto seguido y de inmediato ha de entrar en juego otro factor de igual o mayor importancia: has de creer firmemente que tu puedes lograr aquello que estás imaginando.
Personalmente creo firmemente que a nadie se le da la capacidad de concebir algo en su mente sin que de igual modo tenga la capacidad de a través de su esfuerzo convertirlo en realidad. Por supuesto que en muchas ocasiones el esfuerzo a realizar será titánico. El camino hacia el éxito y los grandes resultados no está hecho a la medida de holgazanes y perezosos. Has te poner sin excusas todo tu potencial en juego. Has de elevar día a día tus estándares y expectativas en la vida en un proceso continuo que te lleve a desarrollar en su plenitud ese gigante que yace dormido en tu interior. Recuerda siempre estas sabias palabras: “Más vale que el hombre se gaste a que se enmohezca”. No desperdiciemos nuestras vidas en una gris mediocridad. Comencemos a concebir y a creer absolutamente en nuestro potencial. El mundo podría perderse cosas maravillosas si cada uno de nosotros no damos nuestra auténtica talla.
Concibe y cree. Concibe y cree. Concibe y cree… Y respalda todo eso con una acción masiva y poderosa. De este modo llegarás a la última parte de la cita: podrás alcanzar tus mayores sueños y aspiraciones.

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No es lo mismo oír que escuchar.


Si existe una habilidad que hay que dominar para garantizar una comunicación efectiva con los demás esa habilidad es la escucha activa. La mayor parte de las personas simplemente “oye” a los demás, pero son realmente pocas las personas que realizan un esfuerzo consciente por “escuchar” de verdad lo que la otra persona le está comunicando. Y ese habilidad marca una tremenda diferencia en nuestra eficacia comunicativa.
Escuchando con verdadera atención y enfoque en querer realmente comprender que se nos está diciendo, obtenemos otro gran beneficio; nuestra capacidad de aprendizaje se ve multiplicada. Prestando plena atención al escuchar tendremos la certeza de estar percibiendo todo el mensaje que nuestro interlocutor nos transmite: tanto verbalmente como a través de su lenguaje no verbal.
¿No es cierto que en muchas ocasiones mientras la otra persona nos está hablando, en lugar de estar escuchando atentamente lo único que hacemos es preparar con ansiedad la respuesta que nosotros le daremos? ¿Porqué ese afán en tratar de impresionar con nuestra respuesta cuando ni siquiera estamos comprendiendo y escuchando con la atención merecida el mensaje que nos está llegando? Esta actitud generalmente esconde un síntoma de inseguridad. Las personas que poseen confianza, reflejan en sus respuesta que verdaderamente han estado escuchando con absoluta atención lo que la otra persona tenía que decirles.
Un buen ejercicio para comenzar a hacer es comenzar hoy mismo a escuchar de verdad a cada persona que se comunique contigo. Actúa de manera calmada y no precipitada. Termina de escuchar el mensaje de la otra persona, y solo después reflexiona un instante sobre lo que escuchaste y ofrece tu respuesta. Descubrirás que de esta manera tus respuestas son mucho más claras y profundas. Comenzarás a comprobar que la verdadera empatía con los demás solo se consigue después de haber escuchado primero plenamente todo lo que esa persona tenía que decirnos.
Empecemos a utilizar en toda su magnitud nuestra capacidad de escuchar.

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El problema de la conformidad.

En cierta ocasión leí una frase que me hizo reflexionar. La frase era: “Lo contrario del coraje es la conformidad”. Y lo cierto es que había mucho sentido en aquellas palabras. Es muy fácil caer presa del conformismo y bajar nuestras expectativas al nivel que vemos en otros, dejando a un lado nuestra capacidad de liderar nuestras vidas, tomar riesgos y exceder en nuestros resultados nuestros mayores objetivos.
¡Que enemigo más peligroso es la conformidad! Cuantas vidas que podrían haber sido extraordinarias han quedado sumidas en la más gris mediocridad por haber sido presas de ese camino cómodo del conformismo. Nada verdaderamente grande se ha logrado jamás recorriendo ese camino.
Por el contrario, es el coraje el que conduce a los resultados que exceden nuestras expectativas. Son las personas que toman por bandera el coraje y lo transforman en hábito, quienes crean esas vidas que se convierten en fuentes de inspiración y en auténticas leyendas.
A través del coraje se vencen los retos y se crece como persona. A través del coraje podemos descubrir nuestra auténtica grandeza y potencial. Por supuesto que los barcos están más seguros en el puerto, pero todo barco es construido para navegar y no para permanecer amarrado. En la vida sucede lo mismo. Has de soltar amarras dispuesto a convertir tu vida en aquello que deseas y que te haría sentirte plenamente realizado. Y el camino más directo es a través del coraje.
Cuando uno decide situar el coraje en el primer plano de su vida, comienzan a llegar las recompensas en la forma de una mayor confianza, fortaleza y energía para trabajar por sus sueños.
Di con confianza y convicción: “Tengo el coraje necesario para mejorar cada aspecto importante de mi vida”. Y después transforma a través de tu acción apasionada ese coraje en confianza absoluta para lograr tus mayores sueños.

Recuerda… ¡Suelta amarras y navega!

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Hábitos de excelencia


Si hay algo en lo que somos únicos los seres humanos es en nuestra capacidad de decisión. No tenemos que estar abocados irremediablemente a un único desenlace, sino que con nuestro libre albedrío para decidir podemos forjar nuestro propio destino. Pero el problema surge cuando delegamos nuestras decisiones en hábitos que hemos ido cimentando a lo largo del tiempo y que no son los más adecuados para el tipo de resultados que perseguimos. Hábitos que por otra parte han sido desarrollados por nosotros cuando sabíamos menos de la vida de lo que sabemos en la actualidad. Casi sin darnos cuenta hemos ido formando nuestros hábitos y ahora son ellos los que configuran nuestros resultados. Y la paradoja es que:

Los hábitos que forjamos hace años, terminan controlando los resultados que obtenemos en la vida hoy.

Por eso resulta de vital importancia comenzar a dominar nuestros malos hábitos porque si no estos terminarán por dominarnos a nosotros. Y eso no es una tarea sencilla, ya que los hábitos son reacciones condicionadas que hemos ido programando a lo largo del tiempo, hasta que se convierten en una especie de “piloto automático” que rige nuestras respuestas.
Cuando esto sucede solo hay un camino, comenzar a cambiar nuestros hábitos sustituyéndolos por hábitos de excelencia. Y para lograr ese objetivo te garantizo que vas a necesitar trabajar bien duro. Ya que la única manera de destruir un hábito negativo es desterrarlo mediante la implantación de un nuevo hábito positivo que sustituya al anterior.
La mejor analogía que existe para explicar esto sería la siguiente: Imagina por un instante un cubo repleto de agua. Y a continuación imagina que comienzas a dejar caer piedras sobre el agua. Cuando haces esto, el agua que representaría tus malos hábitos sale expulsada fuera del cubo donde quedarán las piedras que has lanzado que representarían a los hábitos de excelencia.
Comienza a hacer un análisis de conciencia para determinar que hábitos están frenando tu avance hacia tus mayores objetivos, y comienza a sustituirlos por otros que potencien lo mejor que hay en ti. Y la clave para lograrlo reside en la persistencia. Mantente con un compromiso firme implantando tu nuevo patrón de comportamiento, y pronto lograrás que el antiguo hábito comience a debilitarse, quedando finalmente sustituido por tu nuevo hábito de excelencia.
¡Vale la pena el esfuerzo!

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